Washington D.C.– Más de 35,000 partidarios de National Wildlife Federation y miembros del público, firmaron una carta dirigida a la Oficina de Administración de Tierras, (BLM, por sus siglas en inglés), expresando su firme apoyo a la propuesta de reformar el programa federal de arrendamiento de petróleo y gas. La carta aplaudió el aumento de las fianzas para asegurar que las empresas de petróleo y el gas, paguen por la limpieza de las tierras públicas donde hay un desarrollo.

“El aumento de las fianzas para los arrendamientos de petróleo y gas, garantizará que estas industrias, y no los contribuyentes estadounidenses, sean los responsables de limpiar la contaminación después de una perforación. La regla propuesta, también prioriza el desarrollo de petróleo y gas en áreas con un alto potencial de recuperación y con un impacto limitado en la vida silvestre, la recreación y los recursos culturales importantes”, dijo Bailey Brennan, consejera legal de tierras públicas en National Wildlife Federation. “En su conjunto, estas reformas tan esperadas, beneficiarán a la vida silvestre y a todos los que dependen de nuestras tierras públicas”.

“Durante largo tiempo, los pozos de petróleo y gas abandonados, han contaminado el aire y el agua, amenazando la salud de la vida silvestre y de las personas por igual. Aumentar las fianzas, asegurará que las compañías de petróleo y gas, estén obligadas a limpiar estos pozos para que nuestras tierras prosperen para las generaciones futuras”, dijo Camilla Simon, directora ejecutiva de Hispanics Enjoying Camping Hunting and the Outdoors (HECHO). “Ahora que nos acercamos al Día Nacional de las Tierras Públicas, es lógico que también celebremos las reformas diseñadas para asegurar la salud a largo plazo, de nuestras tierras y aguas públicas”.

La carta fue enviada a la agencia como parte de un período de comentarios públicos, para una regla que también aumentaría las tarifas de alquiler para la explotación de petróleo y gas. La nueva regla pondría fin al arrendamiento no competitivo y desalentaría el arrendamiento cerca de importantes hábitats de vida silvestre, áreas culturales significativas o en tierras que tienen poco potencial para el desarrollo de petróleo y gas.